¿Qué diferencia un rey de una reina? ¿Por qué utilizar el pasado para tratar la complacencia y la soberbia? ¿El ejercicio del poder desde el modelo de patriarcado conlleva la violencia o pretende la paz? ¿Acaso hay oculta la voluntad de hablar de una educación que sigue vigente o es que la formación nada tiene que ver con el poder? ¿Tal vez la realidad tenga más que ver con fragmentos que con una continuidad escénica o es que nuestra apetencia nos lleva a poner la lupa donde nos duele o donde encontrar la luz?
Así fuimos imaginando los diferentes porqués, los que nos convocan hoy a tratar el tema de la crueldad humana reflejada en todas las variantes del poder. Pero, sobre todo, nuestro empeño está en proponer otra manera amable y concreta de ejercer el poder y sus variedades. El teatro sirve para poner un espejo delante y que nos sirva como reflexión, como posibilidad de transformación o como ventana de libertad, aunque solo sea para poder gritar al perverso cotidiano.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.