La señorita doña Margarita logrará que cada uno de nosotros no solo se vigile a sí mismo, sino a los demás, con lo que habremos conseguido que no haga falta vigilancia especial para los ciudadanos porque ellos se encargan, lamiéndose solos o en compañía de otros. «Donde menos se espera salta la liebre» y no estamos libres de que la historia no se repita en estos tiempos modernos y volvamos atrás -o mucho más atrás- de lo que podíamos imaginar. Porque no es que «no sean tiempos para la lírica, es que «no son tiempos, en general, para casi nada.
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