Esteban y Marigel tienen una ferretería. Esteban y Marigel se quieren. Esteban y Marigel son felices y no se hacen muchas preguntas. Todo muy bien. Ellos son, Esteban y Marigel y punto. Pero un día el Teatro viene al pueblo y Esteban, deja de ser Esteban
Fascinado por la experiencia, Esteban ya no puede volver a ser el mismo. Algo ha cambiado en él.
A partir de ese día, La Música lo posee, literalmente, convirtiendo su vida entera en un grotesco musical, incomprensible a los ojos de un pueblo como en el que viven. Y Esteban empieza a decir la verdad cantando todo el rato
Arder y cantar.
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